El arce japonés: cuidados del árbol y floración

El Acer palmatum o arce japonés es un arbusto o árbol pequeño que no suele superar los 16 metros de altura de crecimiento, de hecho, su tamaño normal suele rondar entre los 6 y los 10 metros aproximadamente. Se trata de una especie de planta nativa de Japón y Corea de Sur, pero que puede crecer y cultivarse en áreas templadas de todo el mundo.

Si tienes un jardín japonés en tu exterior, esta especie de árbol no puede faltar. Además, resulta que es un complemento ideal para las zonas sombreadas de tu jardín y que combina a la perfección con otras especies características de estos jardines.

Si tienes un jardín japonés, no dudes en añadir un arce japonés en tu exterior.

¿Cuándo florece el arce japonés?

Este árbol es de crecimiento bastante lento y en forma piramidal (sobre todo en sus primeros años de vida) y, cuando florece (que suele ocurrir durante el verano y la primavera), sus hojas se vuelven de un color púrpura rojizo precioso con palmadas lobuladas y punteadas que suelen tornarse de un color más brillante durante el otoño.

Cuidados del arce japonés o Acer palmatum

Como hemos comentado, este pequeño árbol es ideal para las zonas más sombreadas de tu exterior, ya que demasiado sol o demasiado viento pueden perjudicar sus hojas, produciendo quemaduras foliares.

A nivel de cuidados de este árbol pequeño, debemos tener en cuenta que hay que dedicarle mucho mimo y conocer las siguientes peculiaridades:

• Suelo: Ideal para zonas húmeda, frescas y arenosas. No es apto para zonas calcáreas.
• Plantación: La mejor época para plantar este árbol son los meses de verano y se reproduce en forma de semillas, que debemos colocarlas en agua caliente y dejar en remojo unos días. Si lo plantamos en maceta, tendremos que asegurar una mayor cantidad de humedad y riegos, además de que su trasplante a macetas de mayor tamaño deberían producirse cada 2-3 años para asegurar un crecimiento de forma óptima.
• Riego: Durante los meses de verano se recomienda tener un ritmo de riego bastante intenso.
• Las podas constantes no son precisas, aunque siempre son recomendables en los primeros años para conseguir modelar mejor su forma y siempre deben efectuarse durante los meses de invierno.
• También hay que tener cuidado con las plagas, en especial las de orugas, cochinillas y pulgones, que suelen ser muy frecuentes y que se suelen comerse sus preciosas hojas. Este tipo de árbol suele ser bastante sensible a este tipo de plagas, por lo que tendremos que asegurar unos buenos cuidados y mantenimiento para que tenga un crecimiento adecuado.