El arce japonés (Acer Palmatum): cuidados y curiosidades

El arce japonés es un tipo de árbol de arce originario de Japón que se ha convertido en todo un símbolo del país. También conocido como «el árbol nacional de Japón«, es uno de los más populares debido a su belleza y resistencia.

Es frecuente el uso de los arces japoneses con fines ornamentales en jardines y parques, así como con fines paisajísticos. También se utilizan en la arquitectura japonesa, como el templo Tōdai-ji y el castillo Ōsaka. Las hojas se suelen usar para envolver alimentos u otros artículos que deben mantenerse calientes.

El encanto de las hojas del arce japonés

Con su follaje único y sus ramas robustas, el arce japonés se ha utilizado como árbol decorativo en jardines y calles de todo el mundo.

Esta variedad de planta es un género de unas 60 especies de árboles caducifolios y perennes de la familia Aceraceae. Los arces japoneses son muy populares por sus hermosas hojas, que varían en color de amarillo a verde, naranja y rojo.  Además, sus hojas van variando de color con el paso de las estaciones llegando a ser toda una explosión de color en algunas épocas del año.

También son muy populares por su forma distintiva con una corona piramidal y una corteza suave y exfoliante.

¿Cómo cuidar el arce japonés?

El arce japonés necesita cuidados y bastante agua para sobrevivir, especialmente en verano cuando la calor es más extremo.

Se trata de una planta algo delicada y a la que recomendamos una pauta de riego frecuente (adaptándola a la época del año en la que nos encontremos) y una poda regular. Lo ideal es regarlo de 2 a 3 veces por semana.

Otra de las peculiaridades que tiene el arce japonés es la demanda de riego con agua de lluvia y el uso de un fertilizante indicado para esta variedad.

Por lo que se refiere al abono, lo mejor es hacerlo durante la primavera y el verano.

Este árbol característico de Japón se caracteriza por soportar bien las bajas temperaturas, pero no el calor. No tolera la sequía, pero tampoco los encharcamientos, así que evita estos dos extremos para asegurar que se desarrolle correctamente, abónalo durante la primavera y el verano.